lunes, 2 de marzo de 2009

La música como un asunto fundamental de las culturas.

La música siempre ha sido una de las actividades inherentes en el hombre de todos los tiempos, lugares y culturas. Desde que el hombre fue consciente de su voz y empezó a articular el lenguaje, llegó también el ritual, la magia, la religión. Quizás fue en estos momentos mágicos en donde podemos encontrar los albores de la música, en sonidos emitidos como una manera de exaltar a los espíritus y dioses para el beneficio humano.

La música como parte indispensable del culto fue entonces un elemento de unión entre los miembros de la sociedad, pues era la manera en que todos eran partícipes de una creencia en el ritual, eran parte activa de un canto, de una danza o de una fiesta para pedir o agradecer a las fuerzas del universo (dioses, deidades, espíritus) que les proporciona lo que son y lo que tienen.

La música entonces tuvo y tiene una asociación con lo mágico y con lo sagrado; pero más allá de eso podemos observar el papel fundamental de la música como elemento cohesivo de cada cultura. La música le puede dar unidad a toda una población, es el significado de las condiciones sociales, económicas e históricas que identifican y distinguen una cultura de otra.

Muchos otros factores se pueden tener en cuenta, el sentido de las expresiones musicales se ve afectado por cuestiones psicológicas, sociales, culturales e históricas; pero indiscutiblemente la música como parte de la cultura pasó del ritual y lo sagrado a permear en todos los aspectos de la vida cotidiana, y desde entonces ha estado presente en todas las congregaciones y manifestaciones de personas de una misma sociedad, desde cultos y rituales hasta fiestas y celebraciones.

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